En aquel momento, los clientes desconocían el concepto DIY (Do it Yourself), siendo pioneros en introducirlo en el sector, en detrimento de la tradicional practica de «venta de mostrador». Convencimos a nuestros clientes de que el producto tenía que venderse por si mismo en el lineal gracias a su embalaje. Este embalaje que no solo protege al producto, sino que se convierte en un manual o guía con instrucciones sencillas y prácticas acerca de su uso, haciendo posible su «autoventa». Es por eso que el marketing y el diseño ha sido siempre una máxima para nosotros. Estamos orgullosos de poder decir que nuestros productos se presentan con un diseño atractivo y didáctico, con la intención de cautivar al cliente final.